Reforestar Vida

El Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre el cuidado de la casa común, nuestro medio ambiente. Aunque septiembre es el mes escogido por la Iglesia para celebrar el cuidado de la tierra, es importante que sus habitantes comprendan que todos los días debemos cuidar nuestro casa común, el medio que nos rodea.

 

“Alabado seas, mi Señor, por la Hermana nuestra Madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.”- San Francisco de Asís

 

La increíble diversidad de paisajes a lo largo del municipio Uribante, formados por la dinámica acción conjunta de las diversas fuerzas naturales, nos lleva a reconocer el carácter artístico de Dios en la creación. Rendidos a la falda de los Andes, con el tiempo y el poblamiento de muchas zonas, muchas especies han migrado, además la sombra ha desaparecido dejando desérticos muchos lugares de nuestra población. Los árboles son indispensables en nuestra casa común, tienen la función de purificar el aire por medio de la captura de dióxido de carbono y liberación de oxígeno, sirven como cortavientos, nos protegen del Sol, colaboran con el ciclo hidrológico, reducen la contaminación sonora y nos brindan salud mental por medio de sus tonalidades naturales y su belleza escénica. Además, el tener árboles colabora con la fauna silvestre, brindándoles alimento y refugio.

“Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades.” Laudato si` (14)


¡Reforestar vida!
, el proyecto ecológico en el que los senderistas de Eco Walker Uribante incentivan al pueblo de Pregonero a plantar vida en los sitios más desfavorecidos, de manera que podamos devolver un poco a la naturaleza lo que ella nos ha dado. Curando las heridas que los seres humanos hacemos  diario a nuestra tierra. Cada año 13 millones de hectáreas de bosque desaparecen, el ser humano una criatura de este mundo, tiene derecho a vivir y a ser feliz, pero no sabemos cómo hacerlo sin destruir nuestro entorno. Es por ello, que todos tenemos una deuda con el mundo, como lo enfatiza el Papa Francisco, todos debemos colaborar con nuestra casa común. Pero más que colaborar se trata más bien de aprender a querer la naturaleza, su fauna, todo lo que conforma la vida que fluye a cada segundo en lo que conocemos como nuestra madre tierra.

Así inicia nuestro proyecto ecológico, una idea que surge como agradecimiento a todos esos bellos paisajes que hemos visitado y que quedan por visitar, es darle a nuestro hermoso terruño Uribantino un abrazo sincero, una sonrisa, una pastilla para el dolor, un suave masaje, una crema para desvanecer sus arrugas o sencillamente brindarle nuestra amistad. El municipio Uribante cuenta con una extensión de 1502 km2, considerado el municipio más grande del estado Táchira, con una población que se estima sobrepasa los 25000 habitantes. Una cifra muy atractiva para muchos proyectos, nos han donado algunas semillas y árboles, los cuales hemos aprovechado en algunos lugares de nuestro municipio. Las semillas de algunas frutas, verduras, las bolsas de alimentos, germinaron además de 51 árboles de araguaney al igual que las jacarandas y el níspero japonés donados, se convirtieron en los aliados para arborizar sitios con pocos árboles, y poblar nuevos terrenos y así mantener el equilibrio ecológico.

El cerró el Bolón, que dentro de pocos años se adornará con el color, sombra y ricos frutos de los Araguaney, Jacarandá y níspero japonés. Así mismo, el sector La Quinta, nuestra entrada vestida de un sendero amarillo de 10 Araguaney. Y en cada ruta de senderismo más árboles que le inyectarán una dosis de vida a nuestra naturaleza. Continuamos unidos en nuestro proyecto, el proyecto "Reforestar vida" que no sólo es de Eco Walker, sino de todo el pueblo uribantino.

“Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas, especialmente en el Señor Hermano Sol, por quien nos das el día y nos iluminas.” - San Francisco de Asís

En las palabras de este hermoso cántico, San Francisco de Asís nos recuerda que nuestra casa común es como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos. Es por ello, que invitamos a todos nuestros hermanos que se sumen a cuidar, arborizar nuestra casa común, el medio ambiente. Sabemos que la ayuda que podamos tener de los chácaros es pieza clave para seguir con el llamado de la Iglesia en el cuidado y conservación de la tierra. Es fundamental entender que urge satisfacer las necesidades del medio ambiente, es nuestra casa, nuestro sustento. Qué mejor manera de agradecer a quien nos ha dado tanto.

Por el buen camino…

Génesis Oballos

Senderista integrante de Eco Walker Uribante

Articulo para el diario católico a propósito del mes de la tierra

Publicar un comentario

0 Comentarios