Colección de museo de la familia Medina Suarez

 

Colección de museo de la familia Medina Suarez


Es muy típico en nuestro pueblo la existencia de casas con fachadas muy típicas y propias de los pueblos coloniales y andinos, esas estructuras tanto de adentro como afuera, forman parte de la configuración de un pueblo, parte de la herencia del pasado colonial. Casas de grandes ventanas, puertas y amplios patios, en cuyo alrededor se hallan habitaciones, salas, cocina, y otras particularidades. Poco a poco, iremos corroborando este párrafo, otras casas visitadas, poseen la misma configuración.



Comencemos en el sector Capacho, por la calle real o carrera 2, varias fachadas de antaño, pero solo una, además, de conservar ese estilo colonial y andino, guarda un patrimonio material, huellas y símbolos del quehacer humano. Su distinción es una preciosa ventana adornada de una reja, donde chocan los rayos del sol, y una plaquita con los números 1-9.

 Es importante que las nuevas generaciones conozcan los objetos, herramientas que han usado nuestros antepasados en su diario quehacer. Don Gregorio Medina (+) y doña Carmen Suarez, estaban consciente de ello, por ello durante años, fueron guardando objetos, y así poco a poco, en cada viaje, visita, o un objeto que ha pasado por varias generaciones, iba constituyendo su lugar en su pequeño y preciado tesoro familiar, cargado de historias, anécdotas, cuentos.

La casa de la familia Medina Suarez, data de 1925 aproximadamente, con solo estar en la puerta podemos detallar cada particularidad de su estilo colonial, un precioso pasillo formado por piedras “empedrado”, típico para la época; ahí mismo, un gran pilón y por supuesto una piedra del molino, la cual se usaba para tritura especias, aliños y la sal. El patio abierto, cubierto de hermosas plantas, y uvas. Por supuesto, las gruesas paredes de tierra pisada.



Finalmente, el pequeño tesoro familiar, su museo, en el cual cada objeto narra su historia; un zurrón, artículo que tuvo gran importancia en la vida del hombre chacaro y el tachirense. Se usaba para cargar agua, barro, tierra, bosta de ganado, piedras. El zurrón es como un tobo forrado de varias capas de cuero, de forma ovalada. También, se conserva en el museo, varias planchas de la época, la que se calentaba a la leña, la que funcionaba con carbón y la que usaba gasolina. Un pequeño peso de libras, antes de que ocurriera la conversión a gramos, varios relojes antiguos, y un reloj manual que aun funciona, solo cuan do la cuerda es dada por las manos correctas. Varios artículos, usados en un caballo y otras bestias; taparos, cestas, y una chacara que nos representa, y a la que debemos nuestro nombre de chacaros, una silla sin un clavo, totalmente ensamblada.

 Otros artículos más forman parte de esta colección, que pueden conocer en esta tertulia que tuvimos con la señora Carmen e hijas, quienes conservan este patrimonio familiar con el pasar de los años, y continúan enseñándolo a las nuevas generaciones.

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